Primavera, verano, otoño, invierno... primavera

Kim Ki-duk, 2003.
Reparto: Oh Young-soo (Monje viejo), Kim Jong-ho (Niño monje), Seo Jae-kyung (Chico monje), Kim Young-min (Joven monje), Kim Ki-duk (Monje adulto), Ha Yeo-jin (Chica), Kim Jung-young (Madre de la chica), Ji Dae-Han (Detective Ji), Choi Min (Choi).
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Exotismo y postales

A los críticos les encanta llenar de premios las películas de países curiosos que nadie más que ellos entiende, por eso esta película tenía el éxito de crítica garantizado de antemano. A mi me parece una colección de exotismos orientales rodados en un lago de postal. Las cuatro estaciones sirven para recrear a placer el paraje natural, la casa en medio del lago, y también sirven como metáfora de la vida. La primavera es la infancia, el verano la juventud... y la madurez llega después del invierno en la segunda primavera. Los personajes están reducidos a su mínima expresión, igual que los adornos de la casa, los tabiques o las anécdotas, todo respira pureza y Feng Shui por los cuatro costados.

En “La terminal”, Navorski sólo se convierte en héroe cuando todo el mundo ve lo que ha hecho y ondean la fotocopia de su mano como un símbolo del héroe que se opone a la injusticia. El héroe necesita la aclamación popular en nuestras historias, pero en las historias orientales el juez es uno mismo. Nadie aplaude al protagonista cuando encuentra su camino, y nadie lo castiga con tanta dureza como su conciencia. Los budistas llevan la discreción al extremo de que morirse no les parece dramático. Lo único que llevan mal es el sentimiento de culpa.
Roberto Piorno @@@@@: Deslumbró con su excesiva, hipnótica y brutal 'La isla', donde marcaba territorio y ya exploraba ámbitos que ahora revisita: el agua, como elemento divisorio de dos mundos y metáfora del aislamiento; la casa flotante, asidero y paraíso idílico de quien lo habita; la autoinmolación y el dolor como catarsis.
... fascinante y pictórica puesta en escena: una abstracción, una utopía espacial, con el tiempo en suspenso, rica en simbologías del viaje mental, con esa puerta que se abre y cierra al ritmo del advenimiento de un nuevo capítulo-estación del infinito ciclo de la vida.
Fotogramas *****: Cada una de las estaciones tiene un animal totémico y una música determinada. La primavera, edad de la inocencia y la crueldad, se rige por el perro; el verano, tiempo del amor y el deseo, se identifica con el gallo; el otoño, la época de la rabia y el dolor, está determinada por un gato; por último el invierno, momento de alcanzar la paz y el vacío, está dominado por la serpiente. El mensaje de esta fábula es muy claro: el deseo de posesión (da igual que sea una rana, una mujer, un dios) lleva en sí mismo la destrucción de lo que más quieres.
Alberto Bermejo ***: De los sucesivos capítulos estacionales que componen este transcurrir cadencioso y elegante, destaca por su franqueza y autenticidad el que muestra el despertar sexual del protagonista más joven, la pulsión incontrolable que bulle en su interior y precipita sus actos por encima de enseñanzas y misticismos.

Rotten Tomatoes = 94% $2m.

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