Largo domingo de noviazgo

"Un long dimanche de fiançailles"
Jean-Pierre Jeunet, 2005
Reparto: Audrey Tautou (Mathilde), Gaspard Ulliel (Manech), Jean-Pierre Becker (Teniente Esperanza), Dominique Bettenfeld (Ange Bassignano), Clovis Cornillac (Benoît Notre Dame), Marion Cotillard (Tina Lombardi), Jean-Pierre Darroussin (Benjamín Gordes), Julie Depardieu (Véronique Passavant), Jean-Claude Dreyfus (Comandante Lavrouye), André Dussollier (Rouvières).
Guión: Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant; basado en la novela de Sébastien Japrisot.
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Jeunet desatado

Jean-Pierre Jeunet, el mismo de Amélie y Delicatessen, es uno de esos autores con sello indeleble. El suyo es el estilo de anuncio del Ministerio de Hacienda, un estilo entre naif, poético y disparatado. Y dado que no está dispuesto a abandonarlo para ceñirse al tema de sus películas, creo que irá acertando en la medida que encuentre cosas que narrar con esa voz.

"Un domingo de noviazgo" comienza explicándonos la historia de cinco condenados a muerte por el Estado Mayor frances en enero de 1917 por autolesionarse. La guerra de trincheras consume Europa. Los cinco han decidido escapar del infierno destrozándose una mano. Jeunet nos cuenta con su gracia visual la historia de cada uno de ellos. Uno piensa que que a Jeunet se le ha caído un tornillo.
¿De verdad pretende que nos ríamos de esos infelices? Este es un ejemplo de estilo indeleble en asintonía con el relato.

La película trata de la novia del más joven de los cinco que dedica toda su energía y la herencia de sus padres (perdón “difuntos padres”), a averiguar que pasó a su novio, Manech. Es en este relato donde el “estilo Jeunet” tiene más sentido, porque la película no va tanto de una investigación como de la esperanza inagotable de una muchacha que quiere ver a la persona que quiere. Trata de un sueño, y ahí es donde Jeunet se ve sobrado.

La investigación puede interesar a algún aficionado a los líos detectivescos. La protagonista viaja por una francia de 1920 reconstruida con primor, gracias a los dólares americanos de la producción, que por otro lado le han hecho perder las subvenciones galas. A la misma vez, la novia de otro condenado, Tina Lombardi, lleva otra investigación con la intención de vengarse. Los interesados en este lado de la historia necesitarán papel y lápiz o, en su defecto, un segundo visionado.

La Primera Guerra Mundial que aparece en esta película tiene más que ver con la que pinta Kubrick en “Senderos de Gloria” que con la de cualquier manual de historia: los malos no son los alemanes, sino los altos oficiales franceses que disfrutan la vida como sibaritas mientras mandan avanzar los regimientos como carne de cañón.

El cartel de la película muestra a Manech apretando el pecho de Mathilde. Cuando se hiere la mano a propósito, le late llena de calor, como si tuviera aún cogido su pecho. Es uno de los poemas de Jeunet. Ella espera verlo de nuevo, a cada rato se pone a si misma una condición supersticiosa, por ejemplo, si pela la manzana sin que se rompa la piel, es que él está vivo.

Jordi Batlle ****: Lo primero que reconocemos es Senderos de gloria, de Kubrick: la primera contienda mundial y sus trincheras, recorridas por una cámara fluida; las condenas a muerte como castigo ejemplar, etc. Luego están el Borzage de Adiós a las armas y el Hathaway de Sueño de amor eterno: la pulsión romántica, el amor obstinado que triunfa sobre la muerte. Y, finalmente, está Amelie.
Francisco Marinero ****: este inclasificable y superpoblado cuento donde se confunden tragedia y comedia, intriga y espectáculo, magia y romanticismo, y donde Jeunet puede desplegar una estética tan fantasiosa como la de 'La ciudad de los niños perdidos' pero con materiales de anticuario.
La acción es espectacular y la historia de amor mantiene el equilibrio entre lo sublime y lo patético, como lo mantiene entre el simbolismo de algunos planos y la magnificencia de los efectos especiales y de los escenarios urbanos y rurales.
Mirito Torreiro: En este sentido, Largo domingo de noviazgo responde de pe a pa a las características del cine de Jeunet: un universo surreal poblado de seres mitad angélicos, mitad bizarros, a los que les ocurren las cosas más inverosímiles sin que, no obstante, pierdan la compostura.
Pero también se aprecian algunas de sus características más irritantes como el despliegue casi irracional de medios, algo así como matar moscas a cañonazos: inmensas masas de soldados yendo hacia la carnicería, no para denunciar la guerra, sino para mostrar lo caprichoso que suele ser el destino para estirar una narración de desencuentros amorosos hacia un final estirado. Excesiva sin necesidad, ampulosa hasta el vértigo, la película gustará al público joven al que interesa ese tipo de historias inverosímiles bigger than life; pero, con un poco más de contención y un ojo más crítico, probablemente le hubiera salido a Jeunet una criatura mucho más atractiva.
Sebastian Benedict: Faut-il faire la fine bouche devant ce qui s'annonce d'ores et déjà comme le plus gros succès frenchy de l'année sous les couleurs de la " Warner Bros. " ? Oui. Pas de quoi se mettre en colère, c'est gentil tout plein, mais quand même, se dire que décidément, le lifting " France d'avant " a encore de beaux jours devant lui.
Yaron Dahan: we are led through both worlds: the sepia-toned fields of pre- and post- war, and the icy-toned coldness of the immense and nightmarish battlefields and body-littered trenches of The Great War.
"Un long dimanche de fiançailles" vu par les Américains

Rotten Tomatoes: 78% $4m.

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