Tú y yo


Leo McCarey, 1939
Reparto: Irene Dunne, Charles Boyer
Las ventajas del star system

Un millonario y una chica joven se encuentran en un trasantlantico. Huyen de los fotógrafos para no ser motivo de escándalo porque ambos están comprometidos, visitan a la abuela de él, en la escala que el barco hace en Madeira. Se enamoran y se dan un plazo. Seis meses más tarde, si están seguros de lo que sienten, y si él ha sido capaz de ponerse a trabajar, se encontrarán en la terraza del Empire State Building.

La historia es más famosa por el remake que hizo el propio McCarey con Cary Grant y Deborah Kerr en 1957. Se tituló “An affair to remember” (“Tú y yo” / “Algo para recordar” en Argentina). Y también es famosa por el homenaje que el rinde una película de los noventa que se llamó “Sleepless in Seatle” (“Algo para recordar” / “Sintonía de amor” en Argentina). En esta última Tom Hanks y Meg Ryan también quedan en la terraza del Empire State.

Una de las ventajas del Star System es que ahorra esfuerzos a los creadores. Bastaba que el público viera a Irene Dunne en la cubierta de un trasatlántico hablando con un millonario para deseara que se lo ligara. En una película de hoy el público no engancha tan fácilmente con la actriz.

En cambio funciona todavía el resorte del final de la película. (Si alguien odia que le cuenten el final puede dejar de leer aquí). Irene Dunne acude a la cita, pero justo delante del Empire State la atropella un coche. Él la busca, ella se esconde para que no vea su parálisis. Él la visita, la ve sentada, no sabe que está inválida, le cuenta que su amigo vendió un cuadro suyo muy especial a una chica paralítica. Y ¿Adivinan que se encuentra escondido en el piso? Creo que funciona porque concentra muchísimas cosas en un solo objeto, lo que uno esconde, lo que el otro busca y no entiende. A Hitchcock debió encantarle la escena.

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