Matador


Richard Shepard, 2005
Reparto: Pierce Brosnan (Julian Noble), Greg Kinnear (Danny Wright), Hope Davis (Bean), Philip Baker Hall (Sr. Randy), Adam Scott (Phil Garrison), Dylan Baker (Lovell), Portia Dawson (Guenivere), Jonah Meyerson (Chico de 10 años), Maureen Muldoon (Gretchen), Antonio Zavala (Barman).
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Moralidades incompatibles

Cuando se estudie el cine de nuestros días con distancia creo que la gente hablará de retórica. El cine de hoy se dedica a sorprendernos sin cesar con trucos narrativos: ocultamientos de información, cambios de orden, reinterpretaciones, cosas que creíamos ciertas y luego se nos invita a dudar... Es raro ver en las pantallas una historia nueva. No sé si se habrán agotado como pronsticaban algunos, pero la moda consiste en volver a contar historias que conocemos de otra manera. Por eso me ha hecho tanta ilusión ver “Matador”, me ha parecido novedosa, y para conseguirlo no ha recurrido a ningún truco narrativo.

Matador sigue el esquema de una “buddy movie”, dos personas completamente diferentes (normalmente dos policías obligados a patrullar juntos) tienen que convivir y acaban aceptándose, queriéndose, o soportándose el uno al otro. La más vieja, quizá sea El Quijote. La gracia siempre está en juntar a dos caracteres radicalmente opuestos. Matador une en la capital de México a un honrado trabajador americano con un asesino a sueldo. La novedad consiste en hacernos creer la relación, porque no se trata de unir dos personalidades opuestas, sino dos sistemas morales. ¿Qué puede pensar un padre de familia de un asesinato? ¿Y qué piensa un asesino de los plazos de una hipoteca? La última vez que vi una reunión de este tipo fue en Collateral, y el asesino era convertido en un monstruo. Es natural. Lo mismo que el cine negro pone en ridículo al pobrecito hombre del montón.

La tarea que se proponen los creadores es que lleguemos a entender a cada uno de los dos desde los ojos del otro, sin poner ningún punto de vista por encima del otro. Y visto así, la tarea era ardua, era una auténtica hazaña. En cambio los resultados disimulan el esfuerzo y convierten la hazaña en un espectáculo divertido. Apto para, casi, todo el mundo.

2 comentarios:

Matías Cobo dijo...

Me aparece muy acertada la observación que haces al comienzo del comentario de la peli. Esa sensación es cada vez más frecuente, y quizá tenga mucho que ver con el exceso de producción. Si las pelis están adscritas claramente a un género (como el 'thriller') y sometidas a sus corsés, el abuso de los giros engañosos termina resultando manido. Hace poco tuve esta sensación con El caso Slevin, un cinta sobre la mafia que quiere imitar a Tarantino en los diálogos y añadir al conjunto un toque de alambicamiento argumental. Pero, al final, la peli se queda en una trabajo soso y repetido.

A ver si tengo suerte y llega este finde El Matador a Jaén. Tu comentario me anima a ir a verla.

Cinéfilo dijo...

Creo que estaba pensando en El caso S7evin cuando redacté ese primer párrafo.

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