Novia por contrato


Tom Dey, 2006
Reparto: Matthew McConaughey (Tripp), Sarah Jessica Parker (Paula), Zooey Deschanel (Kit), Justin Bartha (Ace), Bradley Cooper (Demo), Terry Bradshaw (Al), Kathy Bates (Sue), Katheryn Winnick (Melissa), Stephen Tobolowsky (Bud), Kate McGregor-Stewart (Bey).
Guión: Tom J. Astle y Matt Ember.
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Espejos sociales

Las comedias de Moliere están llenas de datos jugosos sobre como se corteja a una mujer y muchos otros ritos sociales. Parece que los hubiera escrito para saciar la curiosidad del público de otro siglo como nosotros. Pero en realidad lo hacía para saciar la curiosidad del suyo. El espectador iba a ver una comedia con el mismo interés que hoy abre una revista de divulgación y quiere enterarse de si él empezó a salir con chicas a la misma edad que el resto de su generación o si se adelantó o si lo hizo más tarde. Por alguna razón, la comedia siempre ha ejercido de árbitro social, o de espejo, y consciente de ello suele ilustrarnos sobre hábitos ampliamente extendidos o raramente aceptados. “Novia por encargo” trata de los jóvenes que no se van de casa cumplidos los treinta.

La parte informativa, la que podría venir en una revista de psicología o en un libro de autoayuda, es la que habla del trabajo de ella. La protagonista trabaja haciendo que treintaañeros norteamericanos crezcan interiormente a través de una relación con una chica y de ese modo se emancipen y vuelen de casa de sus sufridos padres. ¿Cómo se crea una relación que ayude a crecer a una persona? La respuesta puede ser, para alguno, el único interés de la cinta.

El trabajo de la chica se parece un poco al de Hitch, porque los dos cobran por algo que debía ser espontáneo y lo laboral puede mezclarse mucho con lo personal. Los guionistas de ambas películas no se estrujaron mucho la cabeza y crearon la anécdota a partir de esta confusión. Aunque McConaughey y Jessica Parker no pegan ni con cola, dos actores con caché sólo pueden hacer una cosa en una comedia. Que nadie se queje de que ha visto mil veces la película si ha leído la ficha antes de entrar.

Hace poco ví una película en la que Mankiewicz escapaba del mismo tópico, y eso que era 1955. En “Ellos y ellas” la chica descubre que el chico la ha usado para ganar una apuesta. Esta vez era Sky Masterson (Marlon Brando), no Hitch ni Paula, el que tenía que demostrar que lo suyo era personal, y no profesional.

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