El niño con el pijama de rayas



Ingenuismo

Es curioso anotar que Billy Wilder pierde a su madre en un campo de concentración alemán, y cuando lleva su cámara a Alemania rueda “Berlín Occidente”, “Traidor en el infierno” o “Uno, dos, tres”, tres comedias agridulces. En Wilder, los alemanes eran tipos ridículos que llevaban su sentido del deber hasta el extremo, pero no monstruos. Wilder se ríe de esos defectos nacionales, y quiere darles lecciones de picardía. La época de las grandes acusaciones genocidas y la representación del holocausto en el cine creo que empezó a partir de los setenta.


"The boy with the stripped pyjama"
Mark Herman, 2008
Reparto: Asa Butterfield (Bruno), Vera Farmiga (la madre), David Thewlis (el padre), Jack Scanlon (Shmuel), Amber Beattie (Gretel), Richard Johnson (el abuelo), Shelia Hancock (la abuela), Rupert Friend (teniente Kotler), David Hayman (Pavel), Jim Norton (Herr Liszt), Cara Horgan (Maria).
Guión: John Boyne y Mark Herman; basado en la novela de John Boyne.
* * *
El único momento wilderiano de la película es cuando la madre pilla al hijo escapándose al columpio y quiere registrar su maleta. Tiene miedo de que lea libros de historia y siente un alivio cuando el niño confiesa que lleva novelas de aventuras. Más wilderiano hubiera sido si llevara pornografía. La madre representa la tensión dentro de una familia entre lo moral y las reglas de un régimen totalitario. El padre es un oficial que cumple con su consigna sin rechistar. El niño pone la mirada, pero el padre es el blanco de la parábola. Boyne reflexiona en él que es lo que llevó a un país de hombres honrados a hacer algo monstruoso. O, como la obediencia puede llegar a ser malvada.

La infancia aparece en “El niño del pijama de rayas”como un lugar sin prejuicios; un niño que mira a otro con ojos limpios. Pero creo que la infancia es mucho más fascista y racista que el mundo de los adultos. Se parece más a la que pinta Golding en “El señor de las moscas”. Por eso nos creemos más a Bruno cuando le falla a su amigo.

La intención final de Boyne, lo saben los que han leído el libro, era ponernos en el lugar de las víctimas. Pero no era necesario llegar tan lejos, ni cambiar fichas con una jugada inverosímil. Con haber mostrado la lógica sencilla de los hechos ya nos hubiera llegado el horror.
Mirito Torreiro. Fotogramas **: una madre que no sabe a lo que se dedica su marido, una hermanita dispuesta a inmolarse por Hitler para, súbitamente, dejar de hacerlo... como si toda Alemania hubiese sido resistente...
Roberto Piorno. Guía del ocio ***: Esta película se vende sola, por esa razón Miramax, productora de la adaptación, no necesitó descuadrar las cuentas adornando la cinta con rostros mediáticos.
Alberto Bermejo. Metropoli *: Sería muy fácil despachar esta película con el recurrente: el libro era mejor, pero en realidad lo llamativo es que la adaptación, relativamente fiel a la novela de John Boyne, se queda en una anodina tierra de nadie, sin llegar a apropiarse de la eficacia sencilla, casi simplona, del original –de ahí su naturaleza de 'bestseller'–, ni a conseguir la fortaleza emocional y visual exigible a cualquier filme sobre el Holocausto.
Enrique Colmena. Criticalia **: esta pequeña fábula sobre el niño que no sabía, ni llegará a saber, qué punto de maldad son capaces de alcanzar sus mayores en según qué circunstancias.

RT | IMDB

3 comentarios:

Antonio Chamu dijo...

Buen blog, lastima que en mi pais algunas de estas peliculas llegan hasta despues.
Me gusta verlo por los comentarios, esta en todas!

Revista Calma ¡Participa! dijo...

Hay temas tantas veces tratados que nos parece imposible que se pueda aporta algo nuevo.

Jesus

Maria del Mar dijo...

Comparto lo que dice Jesus. La temática que maneja la pelicula casi que se ha convertido en un cliché. Sinembargo sigue generando pasiones, odios y rabia.
El niño con el pijama de rayas es una pelicula normal, una más.

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